CARTA DE PUERTO ALEGRE DE LAS CONGREGACIONES DE SAN JOSE EN BRASIL EN 2012.

Se llevó a cabo en Puerto Alegre, Rio Grande do Sul, del 11-14 de octubre de 2012, el 10 ª Encuentro  de las Congregaciones de San José (Chambéry, Pinerolo, Cuneo, Concordia, Rochester Instituto San José), en el que participaron: 38 hermanas,  9 laicas y 1 laico, quienes en su vida y misión buscan vivir la espiritualidad del “pequeño proyecto”, como la llamaba el Padre Fundador Jean Pierre Medaille.


El tema del encuentro fue “Una nueva mirada de esperanza para la defensa de la vida y el Planeta que clama por liberación”. Con el asesoramiento de l a socióloga-educadora Moema Viezzer, desarrollamos  el  trabajo tratando de hacer  que este encuentro no fuera  sólo un evento

Fuimos desafiadas a evaluar nuestra presencia y actuación en el “Pedazo de Planeta”, que son los territorios de este país en el que vivimos y a buscar nuevos caminos para responder  a las demandas de la Madre Tierra para la Humanidad, aplicando la metodología de “Oficina de Futuro” en sus tres etapas de compartir: l. nuestros sueños – II. Nuestras dificultades  III. – nuestros compromisos comunes en el horizonte de los próximos cuatro años.

 

l. – En el Árbol de la Esperanza pusimos nuestros sueños resumidos de la siguiente manera:

• Tener nuestra postura cambiada en relación a las cuestiones planteadas en este encuentro, tanto  en el documento de las Congregaciones de San José en la ONU como los testimonios de nuestras comunidades;

• Ser  felices con lo que  necesario para vivir,  en el espíritu de consumo sustentable descartando

 el espíritu consumista;

• Tener la solidaridad como eje de nuestras actitudes y prácticas;

• Ser respetuosas de la vida en todas sus dimensiones, comenzando con la dignidad de los seres humanos;

• Tener  la  comprensión ecológica de la Palabra de Dios.

• Ser un “cuerpo” que asume acciones comunes en defensa de la creación, con las laicas / os implicadas en la misión de la Congregación de San José;

• Ver  fortalecidas y ampliadas nuestras redes y asociaciones en defensa de la vida en el planeta.

 

2. En el “Muro de los Lamentos” ponemos las dificultades que encontramos  para alcanzar estos sueños.

• Nos falta un mayor conocimiento de las cuestiones ambientales. Como resultado, más conciencia y un mayor compromiso socio-ambiental,  con nuevas actitudes y habilidades para participar, inclusive en el control del cumplimiento de las leyes que están enfocadas hacia una mejor calidad ambiental y de la vida de la gente.

• Nos falta comprender mejor la relación entre las tres dimensiones de la vida: social-económico-ambiental, que deben ser tratadas equilibradamente, la economía debe servir a lo social y lo ambiental, y al contrario como sucede  hoy en día, en que la economía prevalece sobre lo socioambiental.

• Nos falta sumar y multiplicar fuerzas con intereses afines que pueden constituirse como resistencia al modelo depredador que se manifiesta en los diversos problemas que encontramos: el uso del agua como una mercancía y no como un bien común, con el consiguiente descuido de la misma en el uso doméstico, público e industrial; la falta de saneamiento básico; basura de todo tipo – orgánico, reciclable / no reciclable, electrónico, – sin destino adecuado en el ámbito doméstico, público e industrial ;  uso abusivo de agrotóxicos que envenenan los ríos, el aire y los alimentos; biomas enteros que son destruidos … entre otros.

3. – En “el Camino Adelante” poner nuestros actuales compromisos con la sustentabilidad:

• Profundizar, difundir y aplicar la DECLARACIÓN de las Congregaciones de San José en la ONU, tanto en el análisis de la realidad global como en sus recomendaciones.

• Asumir en nuestras comunidades y grupos con los que trabajamos (en los ámbitos local, regional, nacional, otros), el compromiso especial sobre los dos temas más destacados en el encuentro: a) El cuidado del AGUA como bien común universal y no un mero “recurso” natural;  b) el cuidado de los RESIDUOS que producimos. En ambos casos, promover el consumo sustentable, reduciendo, reutilizando, reciclando y revisando y dando el tratamiento adecuado a lo que comúnmente se denomina como “basura” o “desecho”.

• Ampliar la tienda de la Comunión y Unidad con una mayor participación de los laicos (as) adultos (as) y jóvenes, dedicando tiempo y acción de las comunidades para su formación.

• Transmitir a las nuevas  generaciones el Carisma de la Congregación, trabajando los valores del amor, el respeto, la responsabilidad, la solidaridad poner en práctica la “ética del cuidado”  consigo, con los otros seres humanos  y con toda la comunidad de vida en el planeta.

• Cuidar nuestra formación  humana, bíblica, teológica y espiritual e invertir permanentemente en la formación de líderes laicos para mejorar nuestra relación con la creación;

• Trabajar las posibles situaciones de crisis como oportunidades para el crecimiento espiritual y profético.

• Ejercer nuestra ciudadanía con conciencia de los derechos y deberes, buscando una formación continua en las áreas social, cultural y política, incluidas las políticas públicas sobre el medioambiente;

• Buscar el apoyo y la colaboración con otras organizaciones, promoviendo foros de discusión con las comunidades y la participación en acciones y campañas que aborden las duras necesidades locales y de los derechos más negados en las realidades en las que actuamos.

 

• Crear una red de comunicación de las Congregaciones de San José de Brasil, con una persona de referencia en cada congregación, fortaleciendo los medios de comunicación ya existentes (páginas web, revistas, boletines, otros.)

• Elaborar un Proyecto de difusión en red de las Congregaciones de San José  en Brasil, compartiendo temas en relación a  las emergencias socio-ambientales en las cuales están insertas las hermanas: Los biomas de Brasil: (Selva amazónica, , , pantano), acuíferos, semillas nativas, territorios indígenas y otros temas de importancia nacional como el Código Forestal de Brasil, entre otros.

Concluyendo.

Sabemos que algunas de esas acciones dependen de nosotros,  personalmente,  de nuestras comunidades locales y de nuestras congregaciones. Pero también sabemos que muchas otras dependen de nuestra articulación con organizaciones sociales, religiosas, eclesiales y políticas con las que trabajamos en los lugares donde estamos. En este sentido, salimos de ese encuentro con el desafío de usar todos los medios a nuestro alcance para cumplir con los compromisos asumidos y lograr entrar en el nuevo Paradigma que es necesario y urgente para un Futuro Sustentable con un Presente Responsable.

El momento histórico que vivimos trae un nuevo llamado a la contemplación / acción por la vida y la defensa del planeta que clama por liberación. Así, concluimos esta carta, invitando a todas las religiosas y laicas (os) del Pequeño Proyecto que comenzó en 1650, a abrazar juntas esta causa, trayendo a la actualidad el carisma original: “que todos sean uno”