Declaración sobre Racismo Sistémico

Las Congregaciones de San José, una ONG en estado consultivo general con el ECOSOC en las Naciones Unidas, condena todas las formas de racismo y xenofobia dondequiera y como se manifiesten y, en particular, en este momento, el racismo sistémico contra las personas de ascendencia africana, como se hizo visible en el asesinato de George Floyd.

La reciente muerte de George Floyd a manos de la policía en Minneapolis, Minnesota, EE. UU., ha llevado el flagelo del racismo sistémico al escenario mundial y a los pasillos de las Naciones Unidas en Ginebra. Aplaudimos el debate urgente celebrado en el Consejo de Derechos Humanos del 17 al 18 de junio de 2020, y apoyamos la necesidad de que las Naciones Unidas y todos los Estados miembros continúen abordando las “violaciones actuales de los derechos humanos inspiradas en la raza, el racismo sistémico y la brutalidad policial hacia personas de ascendencia africana y la violencia contra las protestas pacíficas “.

Como dijo la subsecretaria general Amina Mohammed, hablando en nombre del secretario general Antonio Guterres, el 17 de junio, el racismo estructural es endémico, abarca la historia y las fronteras en todo el mundo. Apoyamos el llamado de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, a participar en “acciones decisivas. . . para abordar el racismo generalizado que corroe las instituciones del gobierno, afianza la desigualdad y subyace a tantas violaciones de los derechos humanos”. Reconocemos que el racismo subyace a muchas de nuestras prácticas institucionales que están plagadas de desigualdades, desde la educación y la atención médica hasta la aplicación desigual de la ley.

Aplaudimos la recomendación del Consejo de Derechos Humanos A/HRC/43/L.50, que pide el establecimiento de “una Comisión Internacional Independiente de Investigación, para establecer los hechos y circunstancias relacionados con el racismo sistémico, las presuntas violaciones del derecho internacional de los derechos humanos y los abusos contra africanos y personas de ascendencia africana en los Estados Unidos de América” y en otros lugares.

Presentes en más de 40 países en los cinco continentes, nos comprometemos a trabajar localmente, en las ciudades y países donde estamos ubicadas, y, globalmente, con las Naciones Unidas, para cambiar las estructuras económicas, culturales y sociales que sustentan el racismo sistémico y la xenofobia.