Más de nueve mil mujeres se reunieron en Nueva York del 2 al 20 de marzo de 2015 para la 59 sesión de la Comisión sobre el Estado de Mujeres. Teniendo como tema “Beijing + 20”, la sesión tenía como enfoque principal la puesta en práctica de la Declaración de Beijing, y la Plataforma para la Acción; revisión tanto de los progresos alcanzados como de los desafíos que aún permanecen.
Fue claro para los representantes, tanto de la sociedad civil como de gobiernos, que los desafíos aun son muchos. Lograr que niñas y mujeres disfruten plena e igualmente de derechos humanos, y las libertades disfrutadas por los varones, es todavía un tema pendiente para todas las naciones, aún para aquellas que con las la legislación apoyan esos objetivos. En cada caso, la puesta en práctica de las políticas o las leyes, y no sólo su simple aceptación, es lo más valioso. La realidad consiste en que, a un grado mayor o menor, los vacios de un país son las políticas de ejecución, mecanismos de responsabilidad y transparencia, buenos indicadores para monitorear-supervisar los progresos. Con esto las pregunta condujeron; de un promulgar la legislación, a una disposición política para hacer cumplir la legislación y la creación de estrategias eficaces para supervisar el progreso. Como un ejemplo, aún en los países de la Unión Europea, una tercera parte de las mujeres sufre de violencia y, como a menudo no hay ningún presupuesto para hacer cumplir las leyes contra la violencia sexual, los autores quedan libres, en total impunidad.
Al ir avanzando, con la Agenda del Desarrollo post-2015, surgieron, entre las preguntas que es necesario señalar o puntualizar: ¿cuál es el cambio que nos gustaría ver en los próximos 15 años? ¿Cómo pueden las mujeres, no solamente ser incluidas, sino tener una posición que les permita influenciar-influir en altos niveles? Estos asuntos son importantes porque la discriminación contra las mujeres está profundamente arraigada en las sociedades, alimenta una cultura de desigualdad y solo puede ser adecuadamente dirigida con la presencia de mujeres competentes entre funcionarios con poder de decisión.
Son las mujeres quienes más sufren la pobreza, la falta de educación, salarios bajos para quienes ayudan en otras profesiones ( cuidado de niños, la asistencia médica, el servicio doméstico, etc.) así como de la violencia doméstica y la violencia económica contra sus compañeros. Su falta de acceso a altas posiciones en el gobierno, o la industria, contribuye a su desigualdad económica, y significa que su voz no es escuchada en las cámaras que pueden efectuar un cambio.
Es claro que los gobiernos y las grandes corporaciones generalmente están más interesados en su propio crecimiento económico que en el cuidado de las personas que dependen de ellos. Es importante la voz de mujeres de las bases, para exigir a estos grupos que cumplan su responsabilidad en la protección de la vida humana y derechos humanos. Barbara Adams, del Foro Global De Políticas sugirió que el lema para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Agenda de Desarrollo post-2015) sea cambiado de ” Nadie se queda atrás” por ” Nadie se queda fuera”. Haciendo esto podría cambiarse el enfoque, ir del consumismo, que es sostenido por corporaciones y gobiernos, a un mayor cuidado y protección de recursos; con esto, cada persona podría tener igual acceso a cosas necesarias básicas y derechos humanos, incluyendo derechos basados en género.
La sesión 59, de la Conferencia del Estado de las mujeres (CSW 59), fue una experiencia muy viva, con preguntas, comentarios y esperanzas en el porvenir. Esto acrecentó la conciencia de muchos participantes en temas en los que ellos antes no podrían haber pensado. Y reforzó la importancia de la voz de sociedad civil en la creación de un mundo donde nadie es excluido.